miércoles, 5 de mayo de 2010

Hogar, dulce hogar

Después de no tener una ubicación fija en el hotel, finalmente nos dieron una pequeña casita, una especie de bungalow con dos habitaciones y un cuarto de baño. Camino de la nueva casa íbamos con la ilusión de vivir en un lugar nuevo, hacer cambios y crear un ambiente acogedor para vivir. Todas esas ilusiones se vinieron abajo al abrir la puerta, poner las maletas a un lado y ver las habitaciones.

Una de las habitaciones estaba un tanto mejor que otra, pero tampoco era algo como para tirar cohetes. La casa estaba sucia y con numerosas manchas de humedad en algunas de las paredes, las cuales necesitaban una manita de pintura para mejorar su aspecto.

La primera de las habitaciones (ahora nuestro dormitorio) tenía la moqueta (sí, aquí el suelo es de moqueta, la superficie más guarra que he visto en mi vida) llena de humedades en las esquinas y digamos que no estaba muy adherida al suelo. Una de las paredes estaba pintada de color rojo, rojo pasión, con un tipo de pintura plástica especial para poder limpiar la pared con un trapo mojado porque quien vivió antes que nosotros aquí utilizaba esa habitación para cocinar cerca de esa pared y con ese tipo de pintura podía limpiar la grasa acumulada en la misma. El resto de paredes tenían tal grado de humedad que con un pequeño golpecito la pared se iba cayendo dejando al descubierto la estructura de hormigón de la pared. Pero ahí no acaba la cosa, si aún tenías fuerza para levantar la vista podías ver telarañas y sus respectivos habitantes dándote la bienvenida.

La otra habitación (ahora nuestra cocina - comedor - salón) era la que supuestamente estaba algo mejor que la primera que acabo de describir. Daba la impresión de que la moqueta estaba un poco más limpia y cuidada, pero tampoco era nada del otro mundo. Las paredes de esta habitación estaban bastante mejor, a excepción de una de ellas en la que, a la altura de los tobillos había un pequeño agujero en la pared tapado disimuladamente con cinta aislante de color negro. No quise ni he querido saber qué es lo que se podría esconder detrás de ese agujero. No me gustan las sorpresa de ese tipo la verdad.

El baño y su infraestructura también es cuanto más curiosa por llamarlo de alguna manera. El fondo de la taza del water había perdido el color blanco que todo el mundo puede ver en su casa cuando tira de la cisterna y echa un vistazo atrás para ver si lo vertido se ha marchado rumbo a otra parte, en nuestro caso el fondo del water digamos que lo habían pintado con pintura muy negra. Tanto en la pared como en el suelo los ingleses acostumbran a poner una especie de pegatinas en forma de losa para intentar creer que viven en un baño alicatado 100%. Este tipo de pegatinas las puedes encontrar en diversas tiendas al módico precio de una libra, lo cual ya deja que pensar la calidad que deben poseer. Pues nuestro baño, tiene tanto en el suelo como en la pared este tipo de pegatinas, que cuando terminas de poner llegas a decir: "Coño, en realidad no está tan mal", pero cuando cierras la puerta y vuelves a entrar a los 2 minutos, el 65% de estas pegatinas están en el suelo y por más que quieras no podrás pegarlas otra vez a no ser que tengas contigo un litro de superglue. La única parte alicatada con azulejos tal y como Dios manda es la que rodea al plato de ducha, otra parte singularmente curiosa de nuestro baño. Una vez terminas de darte una ducha puedes ver como el agua se acumula en un lateral de la ducha, y a no ser que utilices algo para llevar ese agua hacia el desagüe, allí seguirá por la mañana. Quién puso el plato de ducha se ve que cuando terminó el trabajo no revisó si estaba bien hecho, simplemente cogió su petate y se fue a su casa. Parece ser que el desnivel que tiene que hacer el plato de ducha para que el agua se dirija al desagüe sin ayuda humana, alguien decidió que había que situarlo en dirección contraria, lo cual provoca que hoy en día el agua se acumule en un lateral de la ducha. Cosas de los ingleses, otra cultura y otras costumbres.

Lo mejor de todo es que pretendían que viviéramos aquí con tan solo un mueble con 4 cajones (2 de ellos rotos) y una cama donde era obvio que no cabían dos personas. Tras echar un vistazo general a los mugrientos aposentos que nos iban a ceder como "hogar" la decisión fue instantánea. Llamamos al manager y le dijimos: "aquí no pueden vivir 2 personas. O me das algunos muebles que no estén rotos y una cama en condiciones o te quedas tú aquí a dormir". Al día siguiente ya teníamos al menos una cama en condiciones, un mueble con 4 cajones que no estaban rotos y un par de mesas pequeñas. Era poco, pero para empezar no estaba mal viendo cómo estaba la casa cuándo llegamos y cómo prentendían que viviéramos.

A día de hoy, y después de muchas horas limpiando, pintando e intentando arreglar pequeños desperfectos, ya tenemos un sitio al que podemos llamar "casa". Nos han dado un armario, hemos comprado un frigorifico, un horno, una plancha, una tostadora, una pequeña cocina eléctrica, diversos utensilios de cocina; hemos tapado el agujero del misterio y otros pequeños agujeros misteriosos, hemos pintado parte del salón (ya que una parte ya estaba pintada cuando llegamos); ya vemos el color blanco del fondo de la taza del water y otras muchas cosas más que hacen que podamos llamar a esto "nuestra casa".

Tan sólo nos falta pintar el dormitorio, que esperamos terminar de aquí a unos días cuándo consigamos robar más pintura de mantenimiento.

3 comentarios:

  1. Jojojojo!!!!!yo sí que sé para que es ese agujero...por ahí lo llaman el Glory Hole!!!!jejeje

    un abrazo primos, disfruten hasta de los aspectos más mugrientos de la experiencia porque luego lo recordarán con buenas risas, créanme! ;)

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  2. ¿Qué has tapado el agujero?

    ¿No te acuerdas de cuando veíamos MATRIOSHKA en Cuatro y queríamos ser Mafiosos rusos?

    Pues ese es el inicio, macho!

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  3. Querido Copete, ere más que necesario, el agujero estaba en mi casa no en un puti...

    y después de conocer a varios de estos individuos procedentes de europa del este, cuando quiera ser mafioso lo seré a la española

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