lunes, 12 de abril de 2010

Zas, en toda la boca.

Tras los primeros días de integración y acoplamiento a lo que va a ser una nueva vida fuera de España, podría decir que creo no haber fallado al tomar esta decisión. Aunque debo decir que los primeros días no fueron fáciles. Al llegar a Bristol, tanto Gema como yo no sabíamos si ir en taxi o en autobús hasta el hotel en el que nos estaban esperando. Finalmente optamos por subir al autobús del aeropuerto, que nos dejaría en la estación de tren de Temple Meads en Bristol, donde deberíamos montarnos en un tren que nos iba a llevar hasta Weston Super-mare, un pequeño pueblo de la costa suroeste de Inglaterra, en el que tuvimos que coger un taxi hasta el hotel. El resultado económico total de esta aventurilla inicial ascendió hasta unas 50 libras (25 cada uno), aunque lo mejor fue cuando llegamos al hotel y el manager que nos recibió nos preguntó cómo habíamos llegado hasta el hotel. No pudo evitar sonreir (y seguramente pensar: “qué palomos”) antes de decirnos que por unas 20-25 libras (entre los dos) podíamos haber llegado a la puerta del hotel desde la misma puerta del aeropuerto. (Compadre si es que lo mejor es un taxi de puerta a puerta o tu mercedes güeno ahí, ¿es o no?)


A nuestra llegada nos recibió uno de los managers del hotel, que tras enseñarnos las instalaciones del Sand Bay Leisure Resort, nos condujo a nuestra habitación, en la que había dos camas individuales, una mesita de noche y un mueble con varios cajones donde guardar nuestras pertenencias. Más allá de dónde alcanzaba nuestra vista, al fondo de la habitación, había un pequeño vestidor con unas seis o siete perchas y dos pequeñas habitaciones a los lados, una para un retrete y otra para una bañera y un lavabo, ambas con una pequeña ventana donde hacían, hacen y seguirán haciendo de las suyas las arañas y sus primos y familiares, aunque también debo mencionar que en el resto de la habitación los arácnidos también nos hacen compañía. La habitación no es muy grande, pero tengo que decir que es temporal, pues dentro de cuatro o cinco días nos van a dar como una pequeña casita con dos habitaciones y un baño (ya explicaré un poco más de esto porque ahora mismo no es que sepa mucho sobre las casitas donde viven los empleados del hotel).


Al poco tiempo de dejar nuestras maletas en la habitación conocimos a varios españoles que están trabajando en el hotel, que nos dieron sus impresiones sobre lo que significa para ellos estar y trabajar en el Sand Bay. Parecen gente amable y simpática, además son españoles, que ya es un punto a su favor. Tras conversar un rato con ellos, llegué a la conclusión de que este sitio no era nada parecido a lo que la tipa de la agencia nos había dicho. Nada de un resort, ni nada parecido a marina d’or, no se porqué pero algo me temía. La mayoría de los clientes superan los 60 años y/o están jubilados, lo cual no es nada malo porque luego sus propinas serán más jugosas. Además de esta esclarecedora conclusión, también me di cuenta de que en el Sand Bay existe una especie parecida a los rumanos en España, los polacos. Al parecer son auténticas fieras en el trabajo, en el sentido de que están aquí por y para trabajar, además de para estar bebiendo vodka o lo que sea todas las noches (ya contaré más historietas sobre estos personajillos de piel blancuza y mala cara). En resumen, que esto parece un hogar de jubilados y un hospicio de rumanos a los que dan empleo y alojamiento más que un complejo turístico. Con el tiempo podré tener más y mejores conclusiones que espero poder contar a quién esté dispuesto a leerlas.


Pero sin duda la mejor parte del día fue cuando decidí ducharme. No había ducha, había una bañera en la que noté que faltaba algo. Tras mucho pensar, dije: “¡coño! qué no hay manguera”. Después de mi sutil perspicacia ante esta situación, tuve que llenar la bañera y darme un baño de esos que tanto le gustan a Pantoja, con alguna que otra dificultad.

3 comentarios:

  1. Uyyyyyy que blog más bonitooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

    Me parece que lo leeré de vez en cuando. Entre masturbación y masturbación.

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  2. Vaya cacho de cateto q estás hecho,te has cargado a los ingleses,polacos y rumanos de un tiro... me encaanta eso de "que son españoles y por eso ya tienen un punto a su favor" ...

    Que ahí eres tú el inmigranteeee caneloteee,que ustedes serán los primeros de los muchos que emigraremos de tu país por falta de currooo. jeje

    Hazte amigo de los polacos, que ellos saben como sacar pasta de los árboles...

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  3. Claro, soy el inmigrante, pero no soy tonto. Además sólo es una impresión a primera vista, o como diría el Galiana un "análisis del discurso".

    Y hazme caso, los polacos de aquí son bastante cochambrosos

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